El desarrollo se queda en pocas zonas del país
El 78 % de la producción nacional se concentra en ocho departamentos, cuya fortaleza es la industria, mientras que otros 12 representan cerca del 15 %, correspondiente a su actividad agropecuaria, lo que muestra un abismo de desarrollo entre regiones.
Agencia de Noticias UN-
Los departamentos donde se concentra el desarrollo nacional tienen grandes industrias.
Así lo evidenció en su tesis de doctorado en Ciencias Económicas de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional, Segundo Abrahán Sanabria Gómez, quien advirtió que la situación más grave es para los otros 12 departamentos, loa cuales en su conjunto representan el 7 % de aporte a la producción nacional.
El investigador recopiló información de 209 años (1801-2010) de historia estadística del país. Esto lo llevó a concluir que las regiones menos desarrolladas de Colombia sustentan su actividad económica principal en el sector agropecuario y muy poco, o nada, en lo industrial.
Por tanto, alcanzar a los territorios con mayor progreso les será casi imposible, debido a factores históricos de concentración de riqueza, falta de un Estado que proporcione condiciones institucionales para atraer capital y nulo apoyo para incentivar la investigación científica y tecnológica.
Para el doctorando Sanabria Gómez, quien actualmente es profesor de la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia, con sede en Tunja, es bastante difícil que una región pobre supere el abismo que la separa de zonas que históricamente han concentrado la producción y la riqueza, como Bogotá, Medellín o Cali. “Boyacá empezó a dar el salto cuando el Estado invirtió en mejorar la carretera que comunica con el Distrito Capital y facilitó la llegada de nuevas inversiones en varios frentes”, precisó.
“El resultado más claro que arroja la investigación es que si el mercado es el encargado de la distribución geográfica del capital, las brechas entre regiones no tienden hacia la convergencia, sino que, por el contrario, se mantienen o profundizan”, advirtió. En su opinión, esa misma lógica está presente en la producción científica.
Desde su perspectiva, el economista observa que son mínimas las probabilidades para que un territorio progrese, con pocos investigadores y sin incentivos estatales que forjen las condiciones institucionales para hacer ciencia y tecnología que atraiga capital económico.
Capital atrae capital
Uno de los aspectos que destaca el investigador es sobre el actual poder económico de las zonas más desarrolladas del país, el cual se debe a un proceso histórico de acumulación de capital, ligado a la explotación de oro, café y tabaco y su salida a los mercados internacionales. Ese proceso implicó el desarrollo progresivo del transporte, primero fluvial y luego terrestre, para conectar las zonas de producción con el comercio exterior. Además, la distribución geográfica de los excedentes económicos y financieros dependía también del control y la administración de los mismos.
Por ejemplo, si bien la producción de café se concentró en Antioquia, Viejo Caldas y Tolima, el mayor margen de ganancia se obtenía de la intermediación, a cargo de las casas comerciales que funcionaban en las principales ciudades, donde se tomaban las decisiones de inversión y utilización productiva del excedente convertido en capital financiero.
Según el profesor Sanabria, en la tesis que a partir de la segunda década del siglo XX se inicia un proceso de industrialización que se convierte en un sector atractivo para la reinversión del excedente financiero obtenido de la producción y comercialización del café. Además, esa localización industrial estuvo influenciada, entre otros aspectos, por la posibilidad de aprovechar los mercados que presentaban un mayor desarrollo, rentas de monopolio y los adelantos alcanzados hasta el momento en infraestructura y transporte.
En concepto del investigador, para cerrar estas brechas el Gobierno debe diseñar herramientas de política que ayuden a crear, en las regiones pobres, ambientes que resulten atractivos para los dueños del capital y para el asentamiento del conocimiento. También trasladar, de un lugar a otro, las capacidades tecnológicas. “Si esto no se hace y no se incentiva desde el Estado nadie lo va a hacer, porque los actores principales de la modernización tienden a moverse libremente en el país y por ende, suelen ubicarse en aquellos lugares donde hay más recursos y condiciones institucionales creadas”, manifiesta el profesor Sanabria Gómez.
Por: fin/CID/MLA/APBL N.° 70
Agencia de Noticias UN-
Los departamentos donde se concentra el desarrollo nacional tienen grandes industrias.
Así lo evidenció en su tesis de doctorado en Ciencias Económicas de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional, Segundo Abrahán Sanabria Gómez, quien advirtió que la situación más grave es para los otros 12 departamentos, loa cuales en su conjunto representan el 7 % de aporte a la producción nacional.
El investigador recopiló información de 209 años (1801-2010) de historia estadística del país. Esto lo llevó a concluir que las regiones menos desarrolladas de Colombia sustentan su actividad económica principal en el sector agropecuario y muy poco, o nada, en lo industrial.
Por tanto, alcanzar a los territorios con mayor progreso les será casi imposible, debido a factores históricos de concentración de riqueza, falta de un Estado que proporcione condiciones institucionales para atraer capital y nulo apoyo para incentivar la investigación científica y tecnológica.
Para el doctorando Sanabria Gómez, quien actualmente es profesor de la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia, con sede en Tunja, es bastante difícil que una región pobre supere el abismo que la separa de zonas que históricamente han concentrado la producción y la riqueza, como Bogotá, Medellín o Cali. “Boyacá empezó a dar el salto cuando el Estado invirtió en mejorar la carretera que comunica con el Distrito Capital y facilitó la llegada de nuevas inversiones en varios frentes”, precisó.
“El resultado más claro que arroja la investigación es que si el mercado es el encargado de la distribución geográfica del capital, las brechas entre regiones no tienden hacia la convergencia, sino que, por el contrario, se mantienen o profundizan”, advirtió. En su opinión, esa misma lógica está presente en la producción científica.
Desde su perspectiva, el economista observa que son mínimas las probabilidades para que un territorio progrese, con pocos investigadores y sin incentivos estatales que forjen las condiciones institucionales para hacer ciencia y tecnología que atraiga capital económico.
Capital atrae capital
Uno de los aspectos que destaca el investigador es sobre el actual poder económico de las zonas más desarrolladas del país, el cual se debe a un proceso histórico de acumulación de capital, ligado a la explotación de oro, café y tabaco y su salida a los mercados internacionales. Ese proceso implicó el desarrollo progresivo del transporte, primero fluvial y luego terrestre, para conectar las zonas de producción con el comercio exterior. Además, la distribución geográfica de los excedentes económicos y financieros dependía también del control y la administración de los mismos.
Por ejemplo, si bien la producción de café se concentró en Antioquia, Viejo Caldas y Tolima, el mayor margen de ganancia se obtenía de la intermediación, a cargo de las casas comerciales que funcionaban en las principales ciudades, donde se tomaban las decisiones de inversión y utilización productiva del excedente convertido en capital financiero.
Según el profesor Sanabria, en la tesis que a partir de la segunda década del siglo XX se inicia un proceso de industrialización que se convierte en un sector atractivo para la reinversión del excedente financiero obtenido de la producción y comercialización del café. Además, esa localización industrial estuvo influenciada, entre otros aspectos, por la posibilidad de aprovechar los mercados que presentaban un mayor desarrollo, rentas de monopolio y los adelantos alcanzados hasta el momento en infraestructura y transporte.
En concepto del investigador, para cerrar estas brechas el Gobierno debe diseñar herramientas de política que ayuden a crear, en las regiones pobres, ambientes que resulten atractivos para los dueños del capital y para el asentamiento del conocimiento. También trasladar, de un lugar a otro, las capacidades tecnológicas. “Si esto no se hace y no se incentiva desde el Estado nadie lo va a hacer, porque los actores principales de la modernización tienden a moverse libremente en el país y por ende, suelen ubicarse en aquellos lugares donde hay más recursos y condiciones institucionales creadas”, manifiesta el profesor Sanabria Gómez.
Por: fin/CID/MLA/APBL N.° 70
http://agenciadenoticias.unal.edu.co/detalle/article/el-desarrollo-se-queda-en-pocas-zonas-del-pais.html
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