EL AMIGO FIEL DE LAS COSTUMBRES TRADICIONALES
DEL SALADO
Alcides Gómez Cardona
Especial para Opinión Pública
El simple hecho de llevar viviendo
casi cuarenta años en este territorio, siempre he tenido la compañía en
las montañas, en el remanso, en el paisaje y en la correntía del
reconocido por muchos e ignorado por otros, del Río Alvarado.
De él he aprendido a reconocer el
valor potencial de la naturaleza, que se encarna en la memoria colectiva
de la comunidad como registro histórico en función de la vocación
turística del poblado.
Al lado de esta fuente hídrica
nacieron y crecieron tantas generaciones de hombres ilustres que le
dieron a Ibagué y al Tolima acciones políticas de desarrollo económico,
cultural y social.
En mi oficio fotográfico
profesional, tengo en la memoria fotográfica de muchos sitios que han
sido considerados encanto tradicional y cultural de este poblado; el
recuerdo de la figura del Padre Oviedo, que le dio vida al nacimiento
del folclorito, de ferias y fiestas, bandas, despescuezada de gallos,
marrana enjabonada, toreo que hacia la gente de la región en la maestría
empírica de un campesino trabajador, alegre y amable que cumplía la
cita dominical para hacerse aporrear del toro “TOMINEJO” en las tardes
taurinas del Salado.
En el oficio cotidiano de la
fotografía está el registro de muchas jornadas sampedrinas. Cómo
desconocer a ese río visitado por innumerables cantidades de turistas
que alternaban las fiestas con las visitas familiares a los remansos de
aguas cristalinas de la sierra, Mandrake, El Chulo, Valerito, el Palmar,
El Paso, La María, Los Navarros, El Colí y el País.
En ellos se conjugaba la alegría y
la tristeza por aquellos que quedaban sepultados en el fondo del río y
otros disfrutaban de la gastronomía de la región.
Ese es el desafío de hoy, al ver el
río en crisis afectado por el poblamiento desordenado y mal planificado
sobre el lecho del torrente, afectando las aguas cristalinas con el
cambio de color que ya no deja ver ni rostro en el espejo del agua del
río, a causa de los residuos sólidos que lo dejan en cuidados
intensivos sin ningún doliente.
No es fácil entender este
laboratorio de investigación y de cultura en el estado actual de los
ecosistemas, consagrado en el mundo de los peces, animales y aves que
han perdido la visión de su refugio por falta de claridad en el manejo
hidrográfico del entorno, representado por el vapor de aire y de vida
comunitarios de otros tiempos.
En esta crisis ambiental del
calentamiento global de los nuevos tiempos está concentrada la
naturaleza sin ningún lenguaje, hablado y escrito. Lo que hay sobre este
particular poco se cumple en la legislación ambiental, lo que hace que
ella responda con corrientes de aire en distintas direcciones con nubes
que recorren el espacio de El Salado, claros y oscuros que no resisten
el peso de la gravedad por toneladas de metros cúbicos de agua que
bloquea la actividad agropecuaria con gran preocupación del campesinado
de cada sector, cuando en el sector urbano la tecnología de la TV, el
Internet y la Música distraen la atención de lo que le está ocurriendo a
nuestro querido Río.
En este recorrido de mi vida con
más de 35 años en el poblado de El Salado dejo para la reflexión del
lector este escrito; sumar esfuerzos alternativos y metodológicos en las
instituciones educativas, universidades, el Sena y Cortolima, que
favorezca el mejoramiento de una fuente de vida, patrimonio tangible e
intangible del marco urbano del Salado.
Como estamos cercanos al final del
año reciban un cordial y respetuoso saludo del Río Alvarado, otrora
aguas cristalinas con sabor a Música “Llamarada” de Jorge Villamil
Cordobés.
Alcides Gómez Cardona
Fotógrafo y Camarógrafo Profesional
Asociado Fundador de Asocomunicadores
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