EL SISTEMA DE ASCENSO Y REUBICACIÓN SALARIAL DEL ESTATUTO 1278 DEL 2002 Y EL ACUERDO ENTRE LA FECODE Y EL GOBIERNO NACIONAL
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Carlos Arango Especial para Opinión Pública, Invitado. |
Hay que partir exponiendo que la crisis laboral de los maestros regidos bajo el nuevo estatuto docente vino a dimensionarse por lo menos cuatro o cinco años después de que fueran nombrados en propiedad los primeros docentes. Al final de la década del 2000 inicia la presión de los maestros hacia FECODE para que realizara encuentros nacionales con el objetivo de plantear la problemática que ya empezaba a vislumbrarse pues el gobierno no convocaba a la evaluación de competencias que permitía el ascenso en el escalafón docente. Por lo tanto el gobierno nacional expidió el Decreto 2715 del 2009 donde reglamentó la aplicación de la evaluación que debía realizarse anualmente, pues en el estatuto se estipulaba que los entes territoriales podrían convocarla cada seis años, lo que nos permite deducir que si se hubiera dado tal como lo dice la ley, muy probablemente en la actualidad no habrían maestros en los niveles C y D de los diferentes grados del escalafón. La primera evaluación de competencias es aplicada en el año 2010 y con el paso de las convocatorias se descubrió la trampa fiscal a la que estaba siendo sometido el magisterio, pues en promedio tan solo el 20% de los aspirantes eran ascendidos o reubicados, y lo peor, del 80% que resultaba castigado, muchos de ellos se quedaban con los títulos de Licenciatura, Maestría y algunos con Doctorados sin poder devengar un salario significativo.
Ante esta aberrante situación que iba enardeciendo los ánimos de los nuevos docentes, los maestros y la dirigencia sindical del 1278 perteneciente a las filiales de FECODE, que en el país son aproximadamente 28, comenzaron una fuerte presión hacia la Federación a través de los diferentes encuentros nacionales, seminarios y Juntas Nacionales para que se iniciara la lucha decidida en contra de la tramposa evaluación de competencias, y se estableciera un nuevo mecanismo de movilidad en el escalafón. La presión dio resultados, y se estableció como uno de los objetivos principales la eliminación de esta evaluación en el marco del paro nacional de mayo del 2014; en ese acuerdo se estableció que la convocatoria del 2014 sería la última y que se establecería un nuevo mecanismo de ascenso y reubicación salarial. Las filiales junto con FECODE estructuraron una propuesta basada en un modelo cualitativo con unos criterios específicos: ascenso por títulos, y reubicación salarial por formación no formal, experiencia o producción académica. Como bien saben, la negociación atípica llevada a cabo finalizando el 2014 fue un completo fracaso, por un lado debido a las negras intenciones del gobierno de incluir en el nuevo sistema de ascenso la evaluación de desempeño reforzada, junto con resultados institucionales en el que se incluían las Pruebas SABER, y por otro lado, y desafortunadamente, las diferencias políticas al interior de la Federación en contra vía del bienestar del magisterio.
Como no fue posible llegar a un acuerdo en esa negociación atípica, FECODE incluye el tema como punto principal en el Pliego Nacional de Peticiones radicado el 26 de febrero de este año con una gran movilización en el Distrito Capital. Hay que partir explicando que el acuerdo firmado entre la FECODE y el gobierno nacional en el marco de la negociación colectiva reglamentada bajo el Decreto 160 del 2002, es de estricto cumplimiento tal como lo estipula la normatividad de la OIT, la Constitución Política y sus normas reglamentarias.
De entrada, una vez conocido el acuerdo se presentó una gran inconformidad e indignación por parte del nuevo magisterio, porque se guardaba la esperanza de eliminar la evaluación como requisito de ascenso, sin temor a equivocarme, creo que era el anhelo por lo menos de la gran mayoría del magisterio 1278, pero hay que dar la discusión, si el establecimiento, la élite de este país y su clase política, los medios de comunicación al servicio del poder y el gobierno de Santos, uno de los mayores responsables de la contrarreforma educativa y cofundador del Estatuto 1278, iban a permitir la eliminación de la evaluación, máxime cuando constitucionalmente el mérito regula la entrada a la carrera y el ascenso en el escalafón, aunque es discutible si el mérito sólo se basa en un proceso evaluativo. En general, la sociedad desconoce que la nueva generación de docentes estamos llenos de procesos evaluativos.
En lo referente al acuerdo logrado entre la FECODE y gobierno nacional, respecto al sistema de ascenso y reubicación salarial del nuevo estatuto docente, se propone que la movilidad en el escalafón esté supeditado a una evaluación diagnóstica y formativa efectuada por pares académicos, basado preponderantemente en la observación asincrónica de una clase desarrollada por los maestros a través de videos. Hoy en día se diferencian dos grandes grupos de maestros del estatuto 1278; el primero, todos aquellos que no han tenido movilidad en el escalafón, es decir, quienes desde un comienzo fueron nombrados en propiedad en los niveles 1A, 2A y 3A, y el segundo grupo, quienes ya tuvieron movilidad por superar el 80% de la evaluación de competencias.
Para el primer grupo de docentes hay una prioridad, es lo lógico, lo solidario, en menos de 30 días debe estar listo el proyecto que reglamenta la viabilidad jurídica para que puedan ser reinscritos en el escalafón o llevar a cabo su respectiva actualización. En la tercera semana de septiembre los docentes presentarán la evaluación, quienes la superen ascenderán o se reubicarán salarialmente, quienes no, realizarán un curso orientado por las facultades de educación y a la certificación de este podrán tener la reinscripción o actualización en el escalafón.
De ahí en adelante, todos los docentes deberán presentar la evaluación diagnóstica formativa, cuyos resultados definirán planes de formación y mejoramiento. Si el docente no aprueba la evaluación, podrá presentarse a la siguiente convocatoria que deberá ser por lo menos anualmente.
Aquí hay una situación crítica para el debate que debe dársele a FECODE, ojalá me equivoque, pero analizo que estamos pasando de una evaluación de competencias que castigaba a los que supuestamente no superaban el 80% del puntaje, a una evaluación diagnóstica formativa que igualmente va a castigar a quienes no la aprueben porque tendrán que presentarse a la próxima convocatoria así se vinculen a planes de mejoramiento; espero estar equivocado con esta interpretación, de lo contrario vamos a continuar con una evaluación sanción sujeta a una disponibilidad presupuestal del gobierno nacional y seguiremos entonces con el control fiscalista que tanto daño le ha hecho a la nueva generación de maestros; no vaya y sea que más adelante nos digan que el 20% de los aspirantes al mejoramiento salarial aprobaron la evaluación y el restante 80% tendrán retroalimentación pero deben presentarse a la próxima convocatoria, hay que hacer de abogado del diablo y adelantarnos a unos posibles hechos, con estos gobiernos hay que estar siempre a la defensiva.
Por todo lo planteado anteriormente, es que insisto que la pelea del magisterio por lograr las justas reivindicaciones para los maestros del estatuto 1278 apenas está comenzando, y eso, que no hemos tratado un tema quizás más duro todavía, el régimen pensional, porque si seguimos vinculados con la Ley 100 de 1993 y Ley 797 del 2003, muy seguramente terminaremos con una pensión pírrica y con una vejez económicamente nada alentadora.
Ánimo porque las batallas que nos esperan no son pocas
Carlos Arango
Vice-presidente de SIMATOL
andresarango.edu@gmail.com
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